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Las estrategias de integración vertical de una empresa

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Las estrategias de integración vertical se dan cuando una empresa expande su negocio hacia actividades mayoristas, de fabricación o de distribución, logrando mejorar los precios y los servicios para los usuarios. Porque por lo general, la empresa asume las actividades de las cadenas de valor de sus proveedores (integración vertical hacia atrás) o de sus clientes (integración vertical hacia delante).

La integración vertical hacia arriba o hacia atrás consiste en que es la empresa la que compone en su organización actividades mayoristas e incluso manufactureras o cuando una organización mayorista introduce actividades de fabricación. Este tipo de integración se suele plantearse para asegurarse la continuidad del suministro y la calidad de los productos comprados, para coordinar de una manera más efectiva y eficientemente las funciones de distribución o para desarrollar una tendencia más competitiva creando barreras de entrada. 

La integración vertical para obtener mayores beneficios

Mediante una organización vertical, la empresa siempre busca conseguir tanto la consecución de un mayor poder en el mercado (hacia la demanda), así como un mayor poder de negociación (hacia los proveedores).

Los diferentes objetivos que son perseguidos por las empresas que se integran en un sistema vertical podrían concretarse en los siguientes puntos:

  • Reducir la incertidumbre con la que opera la empresa, tanto en cuanto a aprovisionamientos (volatilidad de la oferta, alto poder de los oferentes) como en el lado de la demanda (poder creciente de los consumidores, escasa fidelidad de la clientela).
  • Lograr una mejor orientación de las inversiones hacia actividades en el canal que presenta una mayor rentabilidad.
  • La consecución de economías de escala y de alcance por la coordinación de las funciones de distribución.
  • Creación de barreras de entrada porque los competidores potenciales verán aumentar la escala de operación a la vez que pueden encontrar dificultades para su aprovisionamiento, en función del poder alcanzado.

Es por ello, que de acuerdo con estas características pueden distinguirse tres tipos básicos de integración vertical:

  • La integración corporativa es cuando uno de los miembros del canal tiene la propiedad de otros miembros situados en distinto nivel. Entonces para tener la integración vertical existen dos alternativas: una es crear una red propia de distribución o adquirir empresas intermediarias ya establecidas. La adopción de una u otra alternativa dependerá de las oportunidades de mercado y la existencia de intermediarios que se ajusten a las necesidades de las empresas.
  • La integración contractual consiste en la asignación de funciones y actividades mediante la negociación, diseño y ejecución de un contrato que vincula a la totalidad o parte de los miembros. Este tipo de integración se desarrolla como consecuencia de la dificultad de adquirir las redes de distribución.
  • La integración administrada es cuando el control y el desarrollo de las actividades de los distintos miembros del canal se ejercen sin mediar relaciones de propiedad o vínculos contractuales, sino a través de una posición de liderazgo y poder.

En resumidas cuentas, el objetivo de las estrategias de integración vertical es alcanzar un mayor grado de eficiencia y un mayor control sobre un área. Pero uno de sus inconvenientes es la pérdida de independencia porque la estructura de la empresa se vuelve más rígida e inflexible, haciéndola más lenta a los cambios que se pueden producir en el mercado.

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